La reciente
abdicación del monarca
Juan Carlos I ha puesto de nuevo en jaque a los principales partidos políticos del país, PP y PSOE junto a otros grupos parlamentarios como UPyD, Foro Asturias o UPN votarán el próximo 18 de junio la ley orgánica que regula la sucesión de la corona de España en favor del
Príncipe Felipe. Otro monarca en pleno siglo XXI que pocas voces de apoyo está encontrando en el pueblo español, prueba de ello son las personas que se están concentrando en multitud de ciudades para pedir un mecanismo muy simple, la convocatoria de un
referéndum para decidir. Decidir su futuro y el de las futuras generaciones.
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Foto: El Periódico. |
No olvidemos la procedencia de la monarquía vigente en España, pasado autoritario e impuesto a dedo. Es momento de valorar el sistema de gobierno que necesita la gente, y dejar a espacio a nuevas voces que generen progreso en un país que cada día parece más devastado. Sistemas arcaícos en los que el poder de gobierno reside en la "divinidad de Dios", y el derecho al trono procede del poder de la "cópula" nos alejan a pasos agigantados de la
Democracia. Y la cuestión de la legalidad de la
Constitución, parece que algunos solo se acuerdan de ella cuando es para legitimar el podrido sistema que nos gobierna, porque PP y PSOE no tuvieron problema en reformar el
artículo 135 de la misma estableciendo un modelo de política fiscal basado en reglas inamovibles que tiene por prioridad el pago de la deuda pública sobre cualquier otro estándar presupuestario. Tampoco parecen recordar el
artículo 128 de la carta magna, por el cual el interés general y público (en materia económica) está por encima de las entidades privadas de nuestro país. PP y PSOE podrían castigar a las empresas eléctricas por las contínuas subidas en las facturas de la luz, han aumentado un 69,9% en los últimos seis años según el informe de
Eurostat, pero resulta difícil cuando muchos de sus dirigentes y ministros terminan ocupando altos cargos de las empresas que privatizan.
España ha prosperado desde 1975 pero como todo sistema político, el actual necesita renovarse y adquirir aires más democráticos que pongan en la gente el poder de decidir. Los ciudadanos españoles deben tener el derecho a elegir que forma de gobierno quieren en su futuro. No se pide una república (que por otro lado, es un sistema democrático), se pide democracia, una democracia que no esté al servicio de unos cuántos y que mire por la inmensa mayoría de personas que la mantienen. Cuando uno de cada cinco españoles (el 20,4% del total) vive por debajo del umbral de pobreza (datos del
Instituto Nacional de Estadística) es momento de pensar qué está mal. Como decía el escritor irlandés
George Bernard Shaw "A los políticos como a los pañales, hay que cambiarlos con frecuencia y por las mismas razones", y nadie mejor que la soberanía popular para abordar tal cuestión.
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